viernes, 10 de septiembre de 2010

De campamento...


Parecía dificil. Era la primera vez que me enfrentaba a un campamento urbano. Había niños de todas las edades, voluntarios y monitores. El miedo a esta nueva experiencia se mezclaba con mis ganas de empezar y pronto todo fue muy fácil. Recuerdo los juegos, las manualidades, las risas, las bromas, los gritos, los bailes... Cada niño tenía algo especial que pronto llegó a mi corazón y cada día que pasaba más me gustaba verlos y reírme a su lado. Con ellos no existen tristezas, todo es alegría. Lo cierto es que agotaban muchísmo pero todo se compensaba al pasarlo tan bien. La ayuda de las monitoras y los voluntarios fue muy importante, siempre dispuestos a todo, sobre todo si de alguna broma se trataba. Y a los niños acabas cogiéndoles tanto cariño como ellos a ti, es maravilloso cuando te llenan de besos o te dicen alguna que otra tontería que te saca esa sonrrisa que tanto tiempo llevabas esperando. Ahora todo se ha terminado, al menos por este año y sin nunguna duda he de decir que ha merecido la pena. Repetiría hoy mismo. Del campamento me llevo buenos amigos y muy buenos recuerdos que nunca olvidaré. Solo me queda decir: hasta el próximo año...

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