miércoles, 4 de mayo de 2011

Removiendo el tiempo con el café...




Es como cuando aprietas los ojos con fuerza, deseando que se cumpla tu deseo y, de pronto, se cumple. Aparecí allí, sentada frente a ti y por un momento sentí que no había pasado el tiempo, que todos esos meses sin vernos no habían existido. Te veía como siempre, tranquila, dispuesta a escuchar más que a contar, a sonreírme con cada nueva cosa que te decía y sobre todo a mirarme como siempre me has mirado. Yo también estaba dispuesta a que fuese un momento especial, a contarte todo lo que te habías perdido, a ponerte al día y a transmitirte toda mi felicidad. ¡No imaginas lo mucho que me alegró que quisieses verme! Me sentí muy a gusto, como siempre. Fui feliz, sobre todo al sentir que las cosas no han cambiado, que aunque estemos un poco más lejos seguimos ahí, unidas por ese hilo mágico que solo las dos conocemos. Gracias por tus palabras, por tu cariño y sobre todo por no olvidar que esto durará POR SIEMRPE JAMÁS. Mi deseo de hoy es volver a verte muy pronto, ¿se cumplirá?

1 comentario:

  1. Claro que sí.
    Recuerda las palabras que se escuchan ya casi al final de Peter Pan: "... sólo hay que creer".
    Me alegro de verte así de feliz.
    Un beso y gracias por tan bonitos pensamientos llenos de cariño.
    Patricia

    ResponderEliminar